Mucho tiempo sin escribir, sin tiempo, ocupado, mucha ansiedad, estrés, demasiados desafíos, miedos, nuevas aventuras, soledad, insatisfacción, frustración, retos personales e incógnitas en el horizonte que pueden cambiar mi vida para siempre... por donde empezar. Este sitio, al igual que mi mente siempre ha sido un lugar caótico, sin ningún tipo de continuidad ni línea temporal coherente, esta vez no será diferente. Después de un mini viaje por Europa y de miles de kilómetros por España, trabajando duro, tras seis meses donde se han sucedido noches durmiendo en albergues, pensiones e incluso en el coche, días de calor abrasador, lluvia, frio, hambre... después de que se cerrara una esperanzadora puerta en mis narices rompiendo de nuevo una vía de escape, después de que el asfixiante sistema laboral de España me haya ahorcado con sus impuestos, con amenazas de cárcel para que renunciara a mis principios deontológicos y éticos de manos de terceras personas con intereses perversos, despu
Para variar, no creo que llegue a publicar esto nunca pero de todas formas como de costumbre lo escribiré… mas adelante veremos que pasa =) así lo podré contrastar con mi yo del futuro. Hoy quiero hablar de decisiones y como muchas veces hacemos lo fácil extremadamente difícil llegando incluso a destrozar nuestras vidas con decisiones “relativamente sencillas” supongamos que eres relativamente joven, pondré una ejemplo personal, cuando tenia 26 años, la que por aquel entonces era mi novia, una chica de 22, tuvo irregularidades con su periodo y mal estar, lo que nos llevo a pensar que a lo mejor podía estar embarazada… con el tiempo acabe pasando mas de 5 años en una relación con esa chica (probablemente haya sido la mujer de mi vida), por aquel entonces las posibilidades económicas y familiares nos permitían tener al niño (yo me he criado en una familia extremadamente católica donde el aborto esta muy mal visto así que se trataba de una decisión muy condicionada y sesgada), en todo