Ayer
salí
a buscarte… la noche estaba despejada, parecía
como si todas las estrellas también se hubieran puesto de acuerdo
para encontrarte entre las calles de la ciudad.
Al salir de casa me sorprendió
el misterioso calor de una noche de finales de octubre a las tres de
la madrugada, como si toda la ciudad se encontrara bajo un embrujo
mágico
que recordaba a las mas tiernas y cálidas
noches de verano, pero no, simplemente se trataba de una insólita
noche calurosa que llamaba a la puerta del mes de noviembre.
Como
no suelo encontrar el valor necesario para afrontar la realidad,
antes de salir de casa abastecí mi espíritu con un par de copas
esperando que fuera la dosis suficiente para permitir mostrar mis
sentimientos, deseando a su vez no parecer un gilipollas, o errar en
mi comportamiento. Me dirigí al mismo lugar, donde nos vemos
siempre, donde te vi por última vez, llegue y no estabas, era algo
temprano, no preocupe en exceso, simplemente hice algo de tiempo y me
divertí con mis amigos. Poco a poco comencé a sentirme mas y mas
nervioso, pues con el paso irrefrenable de los segundos la distancia
entre tu y yo se iba acortando, o al menos eso quería creer. Es una
sensación rara de explicar, pues es una ansiedad positiva y negativa
a la vez, ya que me moría de ganas de verte y esa misma razón me
estaba matando. Tu no apareciste, no supe nada de ti esa noche, pensé
en llamarte o mandarte un whatsapp… algo informa, el típico
mensaje ridículo sin sentido de un buen amigo algo pasado con las
copas para desviar la atención de que detrás de esas palabras se
escondía un chico borracho que temblaba como un flan por verte, Al
final, decidí no hacerlo, pensé que seria demasiado evidente, no me
quiero convertir en el amigo pesado de turno, o en el baboso que no
te deja en paz por whatsapp. Simplemente quiero que nos encontremos
en la normalidad de nuestras vidas y que como en nuestra rutina
habitual las sonrisas y las miradas vengan solas, pero esta vez
quiero ir mas allá, por eso me da rabia no haberte visto, por que
creia que esa era la noche, la noche que llevo esperando tanto
tiempo, una noche mágica y especial que desde el principio nos
marcaba el camino hacia algo nuevo y distinto. Un 27 de octubre,
caluroso, místico y mágico, que tenia todos los ingredientes, pero
al final, me falto el mas importante y maravilloso de todos, TU.
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