Hay días en los que te encuentras mirando a las estrellas en mitad de la noche y te preguntas si tu vida es una mentira, ¿que estamos haciendo aquí?, ¿ tenemos decisión en nuestra vida?, ¿esta en nuestra vida todo decidido?. Años atrás me di cuenta que mi vida era un completo desastre, pues me estaba conduciendo a un futuro que no quería vivir, a un destino que no me merecía como consecuencia de verme arrastrado inexorablemente por mis errores, desperdiciando mi tiempo con personas que alimentaban todo lo malo de mi, desperdiciando momentos que después echaría de menos, sin valorar a esas personas que sufrían por mi mas de lo que yo mismo sufro ahora, de ahí la importancia que cobran ellas en mi presente pues lucharon y sufrieron lo indecible por estar a mi lado cuando era yo el que no quería estarlo, cuando no quería a nada ni a nadie, ni si quiera a mi, por eso hoy no tengo palabras, gestos o formas para agradecer y expresar lo importantes que son en mi vida actual y lo eternamente agradecido que estaré por no dejarme hundirme solo. Irremediablemente el tiempo no entiendo de marcha atrás, cuando fui consciente ya estaba demasiado lejos de todo aquello que había quedado perdido en mi pasado cegado por dinero “amor” o éxito… así hasta que te conviertes en algo y en alguien que no quieres ser, te traicionas a ti mismo, te abandonas, te mientes y engañas a ti y lo que es peor a los demás, hasta que no lo soportas mas y te desgarras en mil pedazos para convertirte en un juguete roto solo y vacío, sin nada ni nadie en la vida ni en tu vida, no puedes borrar todas las cosas que has hecho, no se puede escapar del pasado por mucho que corras, da igual que trates de no volver la vista atrás, inevitablemente formas parte de el, tus errores, tu pasado son lo que te convierte en lo que eres, no puedes huir ni renegar, si puedes tratar de aprender y enmendar, los errores moldean, el arrepentimiento es lo que nos permite avanzar y evolucionar para ser mejores, nos permite aprender para no tener que huir de nuestro pasado, de nuestros miedos, de la vida. Fácil de decir y difícil de hacer, sobre todo cuando los años van pasando y no encuentras solución de continuidad en tu vida, sin embargo si que encuentras cientos de motivos, razones y herramientas para hundirte cada vez mas y mas, es increíble como bajo determinadas circunstancias mires a donde mires solo encuentras armas para herirte y enterrarte tan profundo que resulta difícil discernir que hay mas allá del dolor. Ejemplos como el alcohol y las drogas son los mas característicos, como ya dije con anterioridad es inutil escapar de tu pasado, siempre vuelve, nunca podrás huir, esas experiencias son las que te forman, lo que te convierte en lo que eres, al mismo tiempo resulta complicado saber que es pasado y presente, es una linea demasiado fina prácticamente inexistente, cada segundo que pasa es tiempo que ya no volverá jamas, el presente se esta convirtiendo irremediablemente de inmediato en pasado e ahí la importancia y la iniquidad del tiempo y el autentico valor que debemos darle a cada segundo de nuestras vidas, pues son segundos que jamas volverán, es por esto por lo cual cada segundo que dejamos escapar, son instantes que perdemos para formarnos como personas por lo tanto podemos decir que con el tiempo perdido también nos perdemos como personas, generamos un vacío en nuestra existencia que a su vez nos lleva al siguiente punto, el darnos cuenta de que en el fondo nuestras vidas están llenas de espacios vacíos, de intrascendencia, que en el fondo somos el resultado de un montón de errores y tiempo perdido, un vacío de experiencias y malas decisiones que conforma nuestras vidas pues al final las victorias se olvidan rápido, el ser humano es terriblemente egoísta, su memoria con respecto a los éxitos es muy pequeña, cualquier victoria del pasado queda enmascarado con las derrotas del presente, nadie se acuerda del segundo a pesar de que no deja de ser un resultado extraordinario. Por suerte esta vida de errores y vacíos que nos forma también encuentra su satisfacción y plenitud cuando en escena aparecen los sentimientos, el verdadero motor que da sentido a toda esa amalgama de sensaciones que forma nuestra vida dando significado a nuestros errores, llenando el vacío de nuestras vidas y siendo el amuleto fundamental para guiar nuestro camino. Todo y nada de lo expuesto anteriormente encuentra una razón bajo los sentimientos que lo rodean, la salud emocional es el autentico cronometro de nuestra existencia y el motivo y sentido de nuestras vidas, un hola de un desconocido siendo la misma palabra no significa lo mismo si la persona que te lo dice es tu novia o la persona que quieres, un objeto que hayas comprado por ti mismo no tiene el mismo valor que un objeto que te regalan, independientemente del valor económico, todo lo que nos rodea cuesta dinero, pero el verdadero valor se consigue en función de los sentimientos que depositamos en las personas o las cosas, todo y nada es lo mismo pero diferente a su vez, en función de los sentimientos que despierta dicha persona u objeto hacia nosotros, el dinero tiene un valor preestablecido, obedece unas determinadas reglas, se puede medir y definir, los sentimientos son inexplicables, no obedecen niguna regla, aparecen y desaparecen sin mas, son exaltados, exagerados, dinámicos, espontáneos, impredecibles, apasionados, tristes, dulces, dolorosos, se sienten, si fuéramos capaces de expresarlos y definirlos con suma precisión y que los demás pudieran sentir exactamente lo que nosotros sentimos, entonces dejarían de ser sentimientos, nadie puede sentir por nosotros, cada cual tiene su particular forma de sentir y de interpretar lo que siente, por eso todo y nada tiene un valor si lo rodeamos de sentimientos, incluso el tiempo parece desobedecer las leyes de la física bajo el manto de lo que sentimos, deteniéndose en momentos tensos o dolorosos y volando en momentos de afecto y felicidad, de ahí que la verdadera moneda impulsora para bien o para mal de nuestra vida sean los sentimientos dando sentido a lo inexplicable, valor a lo insignificante, deteniendo y acelerando el tiempo constantemente imparable. Pongamos pues nuestro destino en manos de nuestros sentimientos y dejemos que la felicidad nos encuentre y se haga un hueco en nuestra salud emocional, cura de miedos y temores, de errores y fracasos, siendo capaces de querer y dejarnos querer por lo que somos capaces de transmitir y no por todo aquello que poseemos carente de significado.
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