Como conté
previamente en otra de mis aventuras por el mundo (AQUI), estaba en Lille
esperando un autobús que me llevaría rumbo a Bélgica, era de madrugada, en
torno a las 7 de la mañana, esa misma noche había conocido a un extraño
personaje que parecía un pordiosero o una persona con pocos recursos pero que
resultó ser un número uno de la lista de éxitos de estados unidos en los años
80, increíble pero cierto, nada podía superar aquel momento, parecía una mañana
tranquila y despejada en la acogedora estación de tren de Lille haciendo tiempo
hasta dirigirme a la estación de autobuses. Ya en la estación de autobuses a
escasa media hora de partir en dirección a Bélgica se acercaron a mi dos
soldados con fusiles de asalto y un perro (Había militares en la calle por que Francia
estaba en alerta terrorista), el perro se acercó tímidamente a mi mochila, nada
exageradamente llamativo, simplemente hizo un pequeño movimientos, los
militares se acercaron a mi y me comenzaron a hacer preguntas en francés, no me
puse nervioso ante la escena, no tenia nada que esconder, pero no negaré que la
situación no era agradable, les dije en inglés que no entendía absolutamente
nada de francés, pusieron cara de no entender nada, lo repetí en español a ver
si por casualidad había algo de suerte y observe la misma cara de perplejidad,
ambos hablaron entre ellos en voz baja, algo que me pareció ridículo, podían haber
estado hablando a gritos que no me hubiera enterado de nada igualmente, el
perro estaba distraído con otras cosas, ni si quiera le prestaba la más mínima atención
a mi mochila; de nuevo uno de los militares se refirió a mí, por lo que dijo creí
entender algo de español, entendí que me estaba preguntando si era español, yo
dije que si y saque mi documentación, ellos siguieron hablando entre ellos, me
volvieron a preguntar algo de lo que no entendí absolutamente nada así que les
enseñe mi billete de autobús a Bélgica para que supieran a donde me dirigía, ya
sabían quien era, de donde y hacia donde iba, no sé que más podrían querer… uno
de los militares señalo mi mochila, yo vagamente me señale la ropa del cuerpo
tratando de decirles que era ropa e hice gestos de comer con las manos, les
acerque la mochila en gesto de “echad un vistazo si queréis ”, no voy a negar
que a pesar de no tener nada que esconder, toda la situación del idioma y de no
podernos comunicar estaba generando algo de tensión en la situación, nunca se
sabe, cualquier palabra o frase puede ser mal interpretada, sobre todo si
delante tienes un colectivo en máxima alerta que a la mínima va a actuar con
total dureza sin pensar en las consecuencias, todo el mundo seguro que ha
tenido o conoce alguna experiencia con un policía o un miembro de seguridad que
abusa de su autoridad con un inocente, no tenia demasiadas ganas de que
aquellos dos hombres que me sacaban 30cm y 50kg con sus fusiles de asalto la
tomaran conmigo solo por el simple hecho de ser extranjero.
Trate de decirles
que quizás el perro se acerco por que tenia comida en la mochila, tampoco quería
hablar demasiado, no quería parecer impertinente, sabelotodo o dar opción a que
algo de lo que dijera se pudiera mal interpretar. Uno de ellos cogió la mochila,
se la acerco al perro, por un momento hasta sentí irracionalmente algo de miedo
por si el perro hacia algún tipo de gesto extraño atraído por la comida, tenía
la sensación de que esos dos armarios empotrados con fusiles de asalto con los
que era imposible establecer una comunicación estaban buscando la mínima excusa
para llevarme a un calabozo, quizás me habían visto merodear por allí toda la
noche, sinceramente ahora lo pienso y es sospechoso que en un momento de máxima
alerta terrorista una persona este merodeando por la noche con una mochila
cerca de una estación de tren, pero que esperaban que hiciera, en verdad estaba
esperando.
Durante breves
instantes pensé que mi comportamiento y mi aspecto en verdad eran bastante
sospechosos y más si teníamos en cuenta las circunstancias del país, cada vez
encajaba mas que esos soldados estaban buscando la más mínima excusa para llevarme
arrestado, sin duda lo que mas me incomodaba era no poder hablar con ellos, una
simple conversación en inglés de un par de minutos podría haber solucionado
todo aquello, pero no, nadie hablaba inglés o español por la zona y mis nervios
crecían a pesar de que no tenia nada que ocultar o esconder, de todas formas
trate de mantener la calma, mostrar nerviosismo o alteración era lo que menos
necesitaba para que me consideraran sospechoso, por suerte llevaba los nervios
en el interior. Tras acercarle la mochila al perro este hizo caso omiso de la
misma, algo que fue un soplo de aire fresco para mi en ese momento de tensión creciente,
uno de los militares abrió la mochila, yo me tranquilice por que solo tenia ropa
y comida, sabia que nada de lo que había en la mochila se podía mal interpretar
o ver como una amenaza, no llevaba ni cuchillos, navajas, tenedores o cualquier
otro objeto que pudiera ser utilizado como arma, el militar esculco durante
unos segundos la mochila, vio que todo estaba en orden y me la entregó, los dos
me dirigieron unas palabras en francés que nuevamente no entendí pero que
interprete con amabilidad y les di las gracias, los dos se despidieron con un
gesto muy cordial y amistoso y siguieron peinando la zona. Esta fue una pequeña
historia totalmente banal y rutinaria que se transformo en algo mas tenso e incierto
debido a la barrera del idioma, por suerte todo salió bien y pude continuar mi
viaje de camino a Bélgica.
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