Soy frio, no es nada malo, simplemente es difícil de entender, me cuesta expresar mis sentimientos pero al menos cuando los expreso lo hago de verdad, no me envuelvo en sonrisas falsas o mentiras para hacer sentir una falsa sensación de felicidad y comodidad, no rompo mis esquemas para colarme en la zona de confort de otros para jugar indirecta o directamente con las inseguridades de los demás y utilizarlas a mi antojo buscando su vulnerabilidad, pues cuando nos relajamos y abrimos a una persona inevitablemente nos hacemos vulnerables, la ilusión y los sentimientos en ocasiones nos llevan a confiar en personas y a ver cosas que no son reales, siendo un blanco fácil de la manipulación por sentimientos o ilusiones mal entendidas… aunque parezca mentira esto sucede mucho mas a menudo de lo que pensamos.
Volvamos el tiempo atrás, mucha gente me conocía y en realidad nadie lo hacía, yo muchas veces fingía estar contento, debía ocultar el cansancio, la presión, los nervios, tristeza, miedo... cuando alguien te toma en cierto modo como “referente” debes de trasmitir seguridad, confianza, lo exige la confianza que han depositado en ti, aunque tu por dentro estés mas cansado y asustado que nadie debes de aparentar normalidad, liderazgo, poco a poco la presión va creciendo y esa sensación de inseguridad también lo hace, por un lado te gusta esa presión, te motiva, trabajas para superarte día a día, una adrenalina constante que no deja de ser una droga que necesitas, pero de cara a los demás es complicado de mantener, pues mucha gente quiere estar a tu lado pero nadie te conoce en realidad, nadie te pregunta que tal estas y aunque lo hagan son contadas las personas que están ahí para ayudarte de verdad.
Mas tarde llega la distancia, culturas diferentes, mas nervios, tensión, competitividad, aun así lo asumes con alegría pues es lo que quieres hacer en la vida, un reto, nuevo, un paso más, creces, mejoras, no te quedas estancado, más focos, ese algo que te hace sentir vivo y a la vez asustado, en el campo se te olvida todo, simplemente juegas, que es lo que has venido a hacer, pero fuera las cosas siguen creciendo a pasos agigantados, cada vez que lo haces bien = mas expectativas, mas gente, mas miradas, si un día no rindes a tu nivel, miradas, preguntas, si esa racha se prolonga aumentan los problemas y el mayor de todos es que comiencen a sembrarse las dudas en tu cabeza, los nervios de si vas a ser capaz o no de llegar a lo mas alto, si puedes o no explotar tus limites, si estas en el lugar adecuado para hacerlo o estas preparado… como consecuencia comienzas a dudar de todo, hasta de ti mismo, no encuentras tu lugar, sientes que nunca lo has encontrado, estas rodeado de gente pero te sientes solo, hablan raro, no los entiendes, no te entiendes, solo quieres jugar y aun así a veces no consigues explotar en el campo todo lo que sientes que tienes… por suerte en el campo sigues siendo tu mismo y das carpetazo a todas esas dudas, pero no todo el mundo corre la misma suerte, llamalo competitividad, garra, motivación, pero no todo el mundo consigue dejar todo atrás para centrarse en jugar y ser mejor que los demás cuando no entiendes nada y sientes que todo lo que te rodea es absurdo y estas cada vez mas y mas vacío fuera del césped. Supongo que el miedo es inherente a un desafío, la diferencia es la pasión con la que lo afrontamos, si de verdad amamos con todo el alma y corazón lo que hacemos nuestros limites serán mucho mas altos que nuestras expectativas, pero tiene que salir de lo mas profundo de nosotros mismos, pues la consecución de un gran objetivo, de un sueño nace directamente del amor, hacia lo que haces y hacia la felicidad que despierta en los demás tu profesión, ojala todos pudiéramos hacer felices a miles de personas con algo tan simple como nuestro trabajo rutinario.
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