Erase
una vez un chico normal, que acudía a clase por error sin ningún
tipo de motivación ni interés. Un día en esa clase aleatoria
entró
una chica,
quizás no fuera la más guapa de la clase, pero en los ojos de ese
chico cualquiera resultó ser la persona más bella que había visto
jamas. Unos ojos suaves y brillantes, una mirada cálida, una sonrisa
discreta pero cautivadora, tímida pero deslumbrante, rasgos y
detalles que pasaban desapercibidos para la mayoría, aspectos que
iluminaban las lecciones y que inspiraban a ese chico cualquiera, no
solo en el transcurso de esa hora, sino durante todos los días,
contando los minutos que faltaban para volver a verla una vez
terminada la clase.
Poco
a poco esa princesa comenzó a tomar presencia en los sueños de
nuestro amigo. El chico, para nada tímido, se sentía sin embargo
tremendamente cortado cuando estaba a su lado sin comprender por que.
Poco a poco los meses fueron pasando, el seguía asistiendo a esa
clase por la que no sentía absolutamente ningún interés, sus
esperanzas estaban puestas en unos ojos, en una mirada y no en los
libros.
Los
dos cruzaban miradas, el corazón del muchacho daba saltos de alegría
cuando la veía acercarse, las conversaciones comenzaron a ser más
frecuentes, compartían intimidades, secretos y noches de
conversaciones tontas pero que para él lo significaban todo. El mes
de junio llego, sus vidas se separaron, se rompieron las miradas
cómplices, la sensación de nerviosismo y ansiedad, ese calor
especia que sentían en el interior se sofoco. El curso termino y las
sonrisas se apagaron...ella continua apareciendo en sus sueños pero
se desvaneció en su vida.
Si os ha gustado este tipo de historia os dejo algún que otro árticulo similar
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