CAPÍTULO ANTERIOR
Como un necio me negaba inconscientemente una y otra vez que estaba enamorado de ti, me engañaba a mi mismo y a mis sentimientos con pensamientos que trataban de autoconvencerme de que no era así, que simplemente me parecías una chica guapa y muy simpática y nada mas y que eran los sentimientos normales de una amistad incipiente, aunque de sobra sabia que no era para nada así, que nunca antes en mi vida había sentido nada ni siquiera similar con cualquiera de mis amigas o las relaciones sentimentales que tímidamente había experimentado por aquel entonces, por mas que me dijera a mi mismo una y otra vez que no ya era adicto a ti, adicto a esa chica aparentemente tímida, inteligente y preciosa que sin hacer ruido se había clavado como un puñal en mi vida a base de sonrisas y palabras amables, con miradas cálidas consentidas por unos ojos inolvidables irrepetibles y únicos que con su luz propia cautivaban con su profundidad limpia, pura, transparente y tierna a ese chico desprovisto de intereses y motivaciones en la vida que llegados a ese punto se arrastraba por la vida sin un objetivo claro que alcanzar después de que sus sueños se fueran rompiendo uno a uno en el pasado dejándolo en el mas inminente presente sin nada mas que una mochila extremadamente pesada a sus espaldas llena de tristeza, dolor y miles de pedazos de esperanzas y deseos rotos, pesada carga que no sabia si podría aguantar por mucho tiempo mas, que me asfixiaba y reprimía en el día a día sin una solución de continuidad aparente, hasta que sin querer quisiste dar ilusión a mi tristeza, esperanza y dirección a mi desorientada perdida y caótica existencia, inconscientemente me hiciste el mejor regalo que nadie me ha echo jamas, me regalaste esperanza en la vida, un objetivo diferente en mi día a día que nacía con cada rayo de sol incipiente todos y cada uno de los amaneceres con fuerzas renovadas cada día despertándose en mi con mas y mas intensidad, reanimaste y reviviste mi ansiedad por luchar, mi motivación por buscar ser mejor, mi fe en mi cobro sentido por y para ti, me diste todo esto sin hacer ruido, sin pedir nada a cambio, sin querer pero sin duda queriendo dármelo, yo quise negar lo que sentía y cuanto mas lo negaba mas parecía que te quería, mas crecía mi fe y mi fuerza día a día mas motivos le daban tus palabras, tu sonrisa y tu alegría a mi corazón para dar rienda suelta a lo que sentía, para desatar toda esa marea de emociones que amordazadas tenia olvidadas en un alma resquebrajada y dolorida para que salieran sin miedo al exterior, para permitir que mis heridas del pasado se cerraran por fin bajo el bálsamo casi milagroso de tu presencia y que una caricia tuya fuera la cura de todos mis sinsentidos, miedos, temores y dolores, y que tu mirada firme serena, suave y delicada fuera la luz que iluminara mi camino y que en mi vida las sobras dejaran de ser las mejores compañeras de mis pasos y abrir por fin hueco a la claridad, dejando que esta lo llenara todo, pudiendo después de tantos años al fin ver con absoluta y perfecta nitidez entre tanta oscuridad que en mi vida no había ni existía nada mas allá de ti, que tu eras el camino a seguir, el objetivo a cumplir. Que tras todas esas tinieblas en las que había buscado sin descanso durante años sin encontrar nada estabas tu y solo tu, la respuesta a mis preguntas, mi sentido y motivación, la cura y protección de un maltrecho pasado, la dueña de una vida que en verdad quería por primera vez vivir, donde todo al fin cobraba significado, donde el significado de todo eras tu, solamente tu y nadie mas que tu.
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Como un necio me negaba inconscientemente una y otra vez que estaba enamorado de ti, me engañaba a mi mismo y a mis sentimientos con pensamientos que trataban de autoconvencerme de que no era así, que simplemente me parecías una chica guapa y muy simpática y nada mas y que eran los sentimientos normales de una amistad incipiente, aunque de sobra sabia que no era para nada así, que nunca antes en mi vida había sentido nada ni siquiera similar con cualquiera de mis amigas o las relaciones sentimentales que tímidamente había experimentado por aquel entonces, por mas que me dijera a mi mismo una y otra vez que no ya era adicto a ti, adicto a esa chica aparentemente tímida, inteligente y preciosa que sin hacer ruido se había clavado como un puñal en mi vida a base de sonrisas y palabras amables, con miradas cálidas consentidas por unos ojos inolvidables irrepetibles y únicos que con su luz propia cautivaban con su profundidad limpia, pura, transparente y tierna a ese chico desprovisto de intereses y motivaciones en la vida que llegados a ese punto se arrastraba por la vida sin un objetivo claro que alcanzar después de que sus sueños se fueran rompiendo uno a uno en el pasado dejándolo en el mas inminente presente sin nada mas que una mochila extremadamente pesada a sus espaldas llena de tristeza, dolor y miles de pedazos de esperanzas y deseos rotos, pesada carga que no sabia si podría aguantar por mucho tiempo mas, que me asfixiaba y reprimía en el día a día sin una solución de continuidad aparente, hasta que sin querer quisiste dar ilusión a mi tristeza, esperanza y dirección a mi desorientada perdida y caótica existencia, inconscientemente me hiciste el mejor regalo que nadie me ha echo jamas, me regalaste esperanza en la vida, un objetivo diferente en mi día a día que nacía con cada rayo de sol incipiente todos y cada uno de los amaneceres con fuerzas renovadas cada día despertándose en mi con mas y mas intensidad, reanimaste y reviviste mi ansiedad por luchar, mi motivación por buscar ser mejor, mi fe en mi cobro sentido por y para ti, me diste todo esto sin hacer ruido, sin pedir nada a cambio, sin querer pero sin duda queriendo dármelo, yo quise negar lo que sentía y cuanto mas lo negaba mas parecía que te quería, mas crecía mi fe y mi fuerza día a día mas motivos le daban tus palabras, tu sonrisa y tu alegría a mi corazón para dar rienda suelta a lo que sentía, para desatar toda esa marea de emociones que amordazadas tenia olvidadas en un alma resquebrajada y dolorida para que salieran sin miedo al exterior, para permitir que mis heridas del pasado se cerraran por fin bajo el bálsamo casi milagroso de tu presencia y que una caricia tuya fuera la cura de todos mis sinsentidos, miedos, temores y dolores, y que tu mirada firme serena, suave y delicada fuera la luz que iluminara mi camino y que en mi vida las sobras dejaran de ser las mejores compañeras de mis pasos y abrir por fin hueco a la claridad, dejando que esta lo llenara todo, pudiendo después de tantos años al fin ver con absoluta y perfecta nitidez entre tanta oscuridad que en mi vida no había ni existía nada mas allá de ti, que tu eras el camino a seguir, el objetivo a cumplir. Que tras todas esas tinieblas en las que había buscado sin descanso durante años sin encontrar nada estabas tu y solo tu, la respuesta a mis preguntas, mi sentido y motivación, la cura y protección de un maltrecho pasado, la dueña de una vida que en verdad quería por primera vez vivir, donde todo al fin cobraba significado, donde el significado de todo eras tu, solamente tu y nadie mas que tu.
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