CAPÍTULO ANTERIOR
A mediados del curso saldría a la luz que yo no estaba realmente matriculado en ese curso, por suerte eran cursos complementarios y la matricula valía igual, a pesar de que el temario era diferente la base de ambos era idéntica solo que cambiando la temática, así que con una simple carta a la otra profesora que llevaba esperándome en su clase 4 meses el problema se solucionó, fue gracioso, todos los compañeros se rieron mucho y en especial tu, recuerdo que te mire a los ojos y vi por primera vez como estos bailaban con tu sonrisa brillando de forma especial, como si un par de estrellas centelleantes estuvieran atrapadas en ellos parpadeando intermitentemente en ese manto azul que es tu mirada, al fin todas esas dudas y sensaciones encontradas tomaban sentido en mi cabeza, al fin veía con claridad esa mezcla de timidez y felicidad cuando sonreías entre dientes con las mejillas algo sonrojadas por la estupidez tan grande que acababa de contar, por primera vez tu mirada se clavó en mi como nunca nada lo había hecho antes, la claridad pureza y perfección de esos enormes ojos brillantes ilumino mi alma, supe entonces, cuando te mire lo que sentía, una vez mas no sé cómo explicarlo.
Fue quizás el primer momento especial que vivimos tu y yo, fue un golpe emocional descomunal como jamás había y he sentido en mi vida, en verdad creo que en ese momento fui consciente al cien por cien de lo que era el amor, me enamore por primera vez de una persona, me enamore de ti, anteriormente había tenido relaciones con otras chicas, había sentido cosas por otras personas, pero nada así, nada tan intenso, algo sincero, inexplicable, algo que iba más allá de lo meramente físico, que siendo sincero era lo único que me llamaba la atención de una mujer hasta ese momento, contigo era diferente, por primera vez era distinto, descubrí en ese momento que quería a la persona, supe lo que era el amor. Después de que tus ojos me atraparan con ese brillo que lleno mi alma y se grabó en mi piel tus dientes perfectos aparecieron con cuidado entre tus pequeños y delgados labios, una sensación cálida me envolvió, fue como si el tiempo se hubiera paralizado y tan solo estuviéramos tu yo mirándonos a los ojos, yo con cara de circunstancia al ver que los demás se daban cuenta que en realidad era muy tonto por estar asistiendo a la clase equivocada durante cuatro meses y tu mirándome mientras te reías sin querer de mi, para ser sinceros no estaba para nada nervioso o avergonzado, simplemente me daba igual, pasaba un poco de la opinión o las risas de los demás, solo me interesaba lo que tu pudieras estar pensando en ese momento y me encantaba saber que yo estaba detrás de esa sonrisa tímida, supe que quería seguir haciéndote sonreír, porque no había visto nada mas bonito en mi vida que tu sonrisa, deseaba verla una y otra vez, por eso desde ese momento base todos mis esfuerzos en hacerte sonreír, por que tu sonrisa se grabó en mi mente y se cosió en mi piel, porque incluso hoy cuando recuerdo ese día una sensación dulce recorre mi cuerpo acompañada de un pequeño escalofrío.
No sé en que estabas pensando en ese momento, pero me gusta creer que para ti también fue algo especial, el inicio de algo maravilloso, un momento fugaz a tu lado que irremediablemente cambio mi vida para siempre sin que yo lo supiera en ese momento, inconscientemente encontré respuestas a todas esas dudas, a esos impulsos que me llevaban sin motivo alguno todas las tardes a esa clase, todo aquello que no entendía fue cobrando sentido con el paso de los días, fue como una bola de nieve que empezó en tus ojos cubiertos con una sonrisa y que poco a poco se hizo más y más grande hasta que todas esas piezas cuadraron con sentido en mi cabeza y por fin ese tonto, despistado y pasota entendió que la respuesta a todo aquello era que estaba enamorado de ti, caí en la cuenta de que me parecías alucinantemente guapa, ya me lo parecías antes, pero aquello fue algo especial, diferente, por primera vez mis ojos te vieron con ese algo especial que solo tu tienes, una pequeña risa acompaño a tu sonrisa, como siempre tímida, entre dientes, suave y sutil, mientras tus ojos seguían iluminando la totalidad de la habitación despertando todos esos sentimientos latentes que existían en mi y que yo insistía en negar, cada vez llamaban a la puerta de mi cabeza con más fuerza haciéndo difícil la cruda realidad de aquel momento, ninguna de las mentiras que me contaba a mí mismo tenían sentido, no asistía a esas clases porque me obligaban, me podría haber escapado de allí una y mil veces sin que mis padres se hubieran dado cuenta, de hecho hasta se podría decir que me gustaba caminar bajo la lluvia hasta casa, le da un toque romántico y melancólico a la ciudad y a mis ideas, tampoco encontraba cada vez mas útil aprender cosas nuevas, no asistía para complacer a mis padres, asistía única y exclusivamente por ti, me empeñe en negarlo muchas veces, pero después de ver tu sonrisa, de perderme en tus ojos, de escuchar esa suave, delicada y dulce carcajada bailando en mis oídos fui consciente de todo lo que sentía, en el fondo eras tu el único motivo.
Jajaja xd baka caíste a mano de cupido
ResponderEliminarLa verdad es que sí, es una de las cosas más bonitas que me han pasado en la vida. Gracias por el comentario y perdona la tardanza en contestar.
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