CAPÍTULO ANTERIOR
Al cabo de unos meses, en torno a la segunda evaluación comenzaban a llegar cartas a mi casa conforme a mi falta de asistencia, siempre considere ridículo que la forma de notificar que tu hijo no fuera a clase fuese a través de una carta, pues yo conocedor de esto abría el buzón todas las tardes, si la carta había llegado la rompía y la tiraba en una papelera de la calle y hasta luego, de las entorno a 6 o 7 catas que debí de recibir por faltas de asistencia mis padres no vieron ni una sola así que yo podía seguir faltando a clase sin inconveniente alguno.
Mas adelante vendrían las expulsiones y problemas mas serios motivados por el cambio de jefe de estudios del instituto pues en el cargo pusieron a un autentico gilipollas con el que no acabe de congeniar de ninguna forma por lo que a las mínimas de cambio y tratándose de mi no dudaba en castigarme con máxima severidad por que no era ni su amiguito ni una chica, con las que era un baboso asqueroso que daba grima, era muy fácil, si enseñabas un poco de carne o eras un chico del club de los pijos repelentes hijos de papa entonces no había problema, el caso es que yo no pasaba por el aro, yo no le iba a suplicar que fuera benevolente conmigo, no iba a arrastrarme por un favor o traicionar mis principios para lamerle el culo a alguien así y que mi vida en el instituto fuera mas fácil, no lo hice en aquellos años y no lo haria ahora con la cabeza mejor amueblada o con una perspectiva mas madura de la historia, entre otras cosas por que me importaba bastante poco que me expulsaran o no del instituto, a día de hoy sigo estando completamente orgulloso de mi comportamiento en aquel entonces y mas concretamente con esa persona, sinceramente creo que el que debería de sentirse avergonzado de su actitud debería ser el y no yo, por que es cierto que yo me porte mal, no lo niego, nunca lo negué y nunca lo negaré, pero jamas en mi vida me he valido de un puesto de poder para sentirme superior a los demás y para mirar a otras personas por encima del hombro tratándolas valga la redundancia con tratos de favor por ser hijos de X o por acatar mis estúpidas normas, perdonando a X personas por faltas con las que otros se iban expulsados a casa, haciendo la vista gorda con sus amiguitos y cargándole el muerto a los de siempre, a las personas que no pasaban por el aro y que a pesar de ser unos adolescentes teníamos los huevos de decirle las cosas a la cara a sabiendas de las consecuencias que iba a acarrear comportarnos así contra el. El Benjamín de los delitos, las expulsiones, trifulcas y problemas policiales y con la justicia es tema de otro capitulo, forma parte de otra historia, de una historia que por turbia confusa, enrevesada y peligrosa que pudiera haber sido también te las ingeniaste para encontrar una solución al respecto, para sacarme de esa vida de problemas a base de sonrisas y buenas palabras para convertirme en mejor persona, sacando a la luz de tu mirada las pocas virtudes que puedo tener y enseñándome a esconder ese inmenso saco interminable lleno de defectos, cuanto mas lo pienso mas me sorprendo e incluso me asusto, ¿Como una simple persona, de apariencia común y absoluta normalidad pudo suponer un cambio tan radical en mi vida?, como es posible que la normalidad mas absoluta de una chica amable, sincera, tierna y dulce sin hacer nada consiguiera a su vez hacer tantas cosas en mi vida, aportar tanto en mi persona sin que yo me diera cuenta, supongo que sin querer quise cambiar para acercarme a ti, supongo que esa calidez, dulzura y cariño que me aportaba tu mirada y tu sonrisa cuando te miraba fijamente a los ojos era suficiente para apartar y espantar poco a poco todos los fantasmas demonios y oscuridad de mi vida, dejando así espacio sin que yo fuera consciente a un nuevo mundo con mas claridad, donde podía pensar sin miedo a lo que pudiera pasar, donde por fin tenia un algo en mi vida que me motivaba a pensar en las consecuencias y dejar así de actuar como un ser sin conocimiento de causa, pues me daba igual todo, que me pegaran, partieran una pierna o incluso morirme, no me importaba nada, no tenia miedo a nada por que en verdad no existía ningún objetivo en mi vida por el que luchar ningún motivo que me impulsara a vivir al día siguiente mas allá del simple echo de seguir viviendo por que si, viendo como pasaban los días uno tras otro sin mas, por eso me daba lo mismo vivir que morir, cualquier acción o echo peligroso valía la pena pues no ponía en riesgo demasiadas cosas hasta que de repente te tenia a ti en mi camino, pensar en ti fue el objetivo y el sentido de mi vida, desde entonces deje de hacer lo primero que se me pasaba por la cabeza y comencé a planteármelo todo dos veces, así poco a poco me convertí en alguien mejor. Esa irrelevante, normal, común, discreta, tímida, adorable, dulce y cariñosa niña silenciosa de sonrisa preciosa y perfecta de ojos claros se había clavado con mas fuerza que nadie nunca jamas en mi corazón resucitando sentimientos y emociones que mi alma oscurecida, rota y dolorida había olvidado, ya no había forma de arrancarte de mi , solo quedaba esperar a que poco a poco fueras inundando y cautivando todos y cada uno de los rincones de mi cuerpo de mi vida y de mis días para que ese chico rebelde, borde pasota y conflictivo pasara a ser el mismo chico rebelde, borde pasota y conflictivo pero también el chico mas feliz del mundo a tu lado , mis problemas serian igual de grandes pero la felicidad que me aportaba tu felicidad era mas de lo que yo hubiera podido desear en mi vida, por eso comencé a querer vivir mi vida, por que merecía la pena vivir junto a ti, vivir tratando de hacete feliz, vivir para verte sonreír.
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