Es
curioso como pasé de ser feliz inconscientemente a tu lado a, en tan solo 50 días,
estar tirado en una cama de hospital con mucho dolor, un panorama en la vida
bastante turbio donde mi relación familiar, mi vida “profesional”, los estudios
y mis sentimientos caían en picado por un precipicio sin paracaídas rompiéndose
en mil pedazos, y todo ello contigo, la única persona que me ilusionaba y que había
sido capaz de ilusionarme en años a miles de kilómetros de distancia en otro país.
La
distancia era un viejo conocido mío, por aquel entonces ya sabia lo complicado
que es mantener una “amistad” cuando la distancia entra en juego y mas incluso
cuando hablamos de una amistad tan endeble pero al mismo tiempo tan especial,
cierto era que mas haya de aquellas clases tu y yo no compartíamos en exceso
tiempo juntos, es cierto que por momentos hablábamos mas y mas pero sin ninguna
solución de continuidad a decir verdad. Con tu marcha y mi operación,
curiosamente una vez mas de forma paralela, los dos estábamos demasiado
ocupados y estresados con nuestras nuevas vidas, sobre todo tu, mas joven e inexperta
que yo, en mi caso para bien o para mal ya había pasado circunstancias
extremadamente difíciles en mi vida por lo que aquello era simplemente una cosa
mas, ningún quirófano o dolor me asustaba ya, tu sin embargo estabas acostumbrada
a tu vida perfecta donde todo estaba calculado y planeado, tu cabecita
prodigiosa lo tenia todo bajo control, este era el primer cambio brusco, la
primera aventura que afrontabas en tu vida, circunstancias improvisadas,
desconocidas, la primera vez que estabas sola, fuera de casa, lejos de tus padres,
eso siempre es difícil de sobre llevar. Es por ello que las primeras semanas
apenas hablamos, nuestros horarios no coincidían en exceso, no teníamos temas
de conversación, tu atravesabas momentos de estrés y nervios que eran nuevos
para ti, estabas aprendiendo a lidiar con ellos, te incorporabas a la vida de
un adulo a muy corta edad, por lo que era normal que existiera algo de distancia,
tensión, no estabas de humor.
Por mi
parte, yo era conocedor de primera mano de lo que tenías que estar sintiendo y
pasando en esos momentos pues yo en su día me sentí igual que tú, así que no te
conté nada de la operación y de mi situación personal en ese momento,
simplemente creía que era irrelevante, bastante tenias tu con adaptarte a la
vida en un nuevo país tu sola… la “relación” amenazó con romperse, tu estabas
demasiado ocupada, estresada, sola, confusa, yo sentía dolor, mi vida volvía a derramarse
por momentos, de nuevo me faltaba la motivación e ilusión, no veía nada claro,
cada día se me hacia mas cuesta arriba, el futbol se me escapaba, la relación
con mis padres se complicaba, la relación con mis amigos se hacia cada vez mas difícil,
el panorama de mis estudios era lamentable, mi estado de salud vivía uno de sus
peores momentos en los últimos años, perdía velocidad, resistencia, fuerza, sentía
dolor, no me veía progresar, estaba desmotivado, nada estaba o salía bien, no quería
bombardear tu vida con mis mierdas, de primera mano sabía que la distancia acabaría
por romper ese algo tan bonito que parecía que estábamos forjando, la distancia
había roto ya en mi vida muchas amistades, la tuya y la mia era simplemente una
historia mas a la que sumar a mi inmensa lista de fracasos personales y
emocionales. Hay que tratar de ser parte de la solución y no del problema. Si
las cosas debían funcionar entre tu y yo deberíamos esperar a que tu te
adaptases a tu nueva vida y yo aprendiese una vez mas a luchar contra toda mis
dificultades.
Dos
perfectos extraños y una inmensa distancia física y emocional con la que lidiar
sin saber como o cuando… lo único claro es que te perdía y la ilusión felicidad
y alegría de mi vida seguía pasando por ti.
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